Preparativos del polvo


Geórgicas, III, 123-137

Con estas precauciones, a su debido tiempo,
se aplican a engordar de recio sebo a aquél
al que eligieron jefe y nombraron semental
de la yeguada; siegan hierba fresca, les echan
farro y agua del río, no sea que no puedan
con la tierna faena, y las crías arguelladas
conserven de sus padres el ayuno. En cambio,
a las hembras las rinden adrede y adelgazan,
y, cuando el deseo ya catado echa de menos
los primeros encuentros, les quitan el forraje
y lejos de las fuentes las mantienen. Incluso
las cansan a correr y las fatigan al sol
muy a menudo, cuando las eras gimen graves
con las trilladas mieses, cuando al viento Zéfiro,
que entonces nace, pajas arrojan vanas.
Hacen esto a fin de que la mucha gordura
no embote los terrenos genitales y el surco
se atasque y remanse, sino que la semilla
tomen sedientos y hundan bien en su interior.