Sábado y sangre


Foto de Ana Portnoy


Frente a la puerta de la librería Negra y Criminal, una paloma.Piojosa. De golpe, esa paloma es una paloma y una gaviota y un revuelo deplumas y un sonido de tela sucia. Dos segundos después ya no hay nada más queun rastro de sangre en el suelo. Pepa lo mira sin demasiada sorpresa. “Essangre”, dice. Y luego: “¿Esto es rojo?”.
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