pequeño rock and roll



Primero se perdieron las camisas de cuadros
y dar un paso era tan trabajoso.
Con esa pendiente,
aumentando a cada rato su inclinación,
la fiebre en picado,
como si esos abrigos de paño tan distinguidos
probasen mi cuerpo y se esfumaran,
con el miedo metido en los huesos,
a envolver otros despojos de razón.
Luego ya se extravió la laca,
o creció el flequillo,
parecían descoloridas las canciones
sin el chirriar de una aguja a las afueras
de algún pequeño rock and roll.

Fue así como empezaron
a parecerme algo duros los otoños.

Elisa B.M.