Entrevista para Alquimia Sonora: "Hacer música supone traficar con tus emociones" (II)


"Éste es un aspecto que todos los grupos que comienzan olvidan y sí, es cierto que en muchas ocasiones se olvida de la entidad de la canción en sí, algo que sí que está presente en vuestras canciones y que, reconozcámoslo, nos encanta encontrarnos por el camino. Pero sigamos... Uno de los temas que más nos ha llamado la atención es ese “Daddy” de apenas 50 segundos, que se convierte en el preludio de “Reformulación de Daddy” y en el que despliegas tu clarinete muy al estilo de las composiciones de Alfonso Vilallonga. ¿Por qué este pequeño regalo instrumental?

Porque no me permitieron que durara más de 50 segundos (nota mental: hay que mirar siempre por aquello que es mejor para la canción, Ana).

Ja, ja, ja... No te preocupes, si es necesario toda la redacción de Alquimia Sonora hablaremos con Luis y con el resto para convencerles... Uno de los temas más que más nos han sorprendido ha sido “Feliz daño nuevo”. Con una melodía que parte de lo clásico pero que luego va adaptando modos y ademanes más complejos acabando en la distorsión final de la voz. ¿Con qué canción os quedáis cada uno de “Louisiana”?

Es curioso, pero canciones que dejan de tener sentido, de repente lo recuperan de nuevo. Me sucedió este verano con “Que me Desamor” o “Feliz Daño Nuevo”, pasé de no querer interpretarlas en directo (las sentía lejanas en el tiempo y la experiencia, y pensaba: “para qué voy yo ahora a revivir todo este dolor, si ya lo superé”) a necesitarlo. Y en los ensayos. Y en mi habitación. Sentí que la distancia y el silencio volvían a ahogarme, algo que había cantado en aquellas dos canciones. Pero mi preferida de ahora mismo se llama “¡Hola!”, que compuse hace una semana y que ya he podido compartir con Luis, incluso con Dani. Incorporar una canción a la banda sonora de tu vida de una manera tan inmediata resulta muy sanador. Y compartirla en el local de ensayo cuando está en su punto álgido (porque se refiere al presente más inmediato) es una experiencia muy intensa, una auténtica catarsis que viene a confirmar el sentido de la música. De sanación, de terapia de grupo, casi. Luis y yo solemos bromear con que las canciones son partes “cardiológicos” que reflejan nuestra enfermedad o nuestra salud en ese aspecto. Yo con estas cosas soy muy callada, así que en realidad no es broma.

Luis me contó ayer en el ensayo que su canción favorita del disco es “Circo / El Cuento de la Princesa y el Guisante”, también conocida como “Rafa Domínguez”... ¿en su honor?

De los 8 temas que forman el disco, hay uno que nada tiene que ver con melodías sonoras o con partituras. Se trata del diseño de la portada, una canción más en vuestro tracklist. Un avión, un paisaje donde perderse y el abrazo de dos niños... ¿Cómo llegáis hasta Jorge Fuembuena?

¡Ajá! Nos gusta pensar que la portada del disco es la octava canción. Se trata de una fotografía de Jorge Fuembuena: forma parte de su colección “Kids”, que ha obtenido numerosos y muy importantes premios y que fue tomada en Islandia en el verano de 2009. Fue Marta, hermana de Jorge y amiga mía, quien me sugirió que echara un vistazo a “Kids” (puede hacerse desde www.jorgefuembuena.com). Me aseguró que estaba en la línea de la obra de fotógrafos como Ellen Kooi, que me maravilla. Con la obra de Jorge Fuembuena flipé. En seguida deseé que aquella foto se convirtiera en la portada del disco. Me apasiona porque tiene cierto componente onírico muy poderoso y creo que refleja un juego de contrarios muy preciso, el más evidente entre la inocencia de esos dos niños que se abrazan y el avión de guerra.

La prensa especializada ha hablado bien de vuestro debut desde que apareciera a principios de este 2011. Sin embargo de las buenas críticas no se vive, al menos de momento. Que “Louisiana” haya sido editado por www.virtualbum.es online dice mucho del estado de la industria musical. Sí que es cierto que editar un CD o un vinilo en formato físico es darle forma a un trabajo, pero implica unos costes que no se pueden afrontar. ¿Cuál creéis que debería ser el camino a seguir por la industria musical para salir del bache en el que está inmersa?

En bachillerato, mi profesora de Economía nos explicaba que la crisis respondía a un comportamiento cíclico de la economía, que era parte de un proceso circular. Para avanzar hasta el siguiente estado, en la industria musical como en todo, supongo que lo importante es no quedarse quieto, luchar contra el inmovilismo, ir siempre hacia adelante. Desde luego, no podemos esperar a que alguien nos saque de ésta porque nadie lo hará. Nuestras competencias son muy básicas y se reducen a lo que nosotros mismos podamos hacer por Louisiana, por burlar ese bache en el que se halla este maldito negocio. Editar nuestra primera referencia discográfica a través de una plataforma virtual nos pareció la manera más inmediata, directa y cómoda de llegar al grueso del público potencial. Ignoro cuáles serán las cifras de descargas en este momento pero, cuando sacamos el disco, se sobrepasaron las mil en cuestión de cuatro o cinco días y esto no habría sido traducible en ningún caso por discos vendidos en formato físico. A mí me gustaría que la gente nos escuchara y que viniera a escucharnos también a los conciertos, ése es digamos el objetivo, el sentido último y más gratificante de todo esto: sentir que ese ambiguo ejercicio de exhibicionismo, que para una persona más bien tímida supone sacar a la luz sus canciones, no ha sido en vano, que los esfuerzos se ven recompensados porque las canciones que deseamos compartir trascienden y llegan al público. Volviendo a lo expuesto hace unas líneas, es necesario mantenerse activo, hacer cosas, componer, grabar, tocar... Para mí, la verdadera herramienta contra la frustración es el trabajo constante, sentir que se avanza hacia algún lugar.

Descargas, presencia en las redes sociales,... Internet permite utilizar herramientas con las que antes no se contaba y que permiten difundir cualquier tipo de actividad. Una promoción y difusión que ha pasado de estar en manos de las grandes empresas a democratizarse. De hecho Louisiana está presente en las redes sociales de forma activa. ¿Os da pereza tener que actualizar páginas y estados o os sentís cómodos con esa cercanía con vuestros seguidores?

Bueno, considero que la cercanía con los seguidores no nos la proporcionan las redes sociales sino, más bien, el contacto directo con ellos. En los conciertos, por ejemplo. A mí lo que me gusta es componer y tocar. Interactuar con la gente, en principio, también. Pero no pasar las horas muertas frente a la pantalla del ordenador. Internet es muy frío. No obstante, entiendo que se trata de un elemento importante de exposición y promoción que ningún grupo que quiera darse a conocer puede obviar. De todos modos, somos víctimas de una sobrecarga informativa que llega a saturar (los grupos en general no tenemos piedad ni respeto cuando de “spamear” se trata) que algún día debería hacer “boom” y acabar con todos nosotros.

...un “zas!, en toda la boca” informativo por todo lo alto... Por lo que a los shows en directo se refiere, ¿qué ofrece Louisiana sobre el escenario?

Yo no sé venderme, es algo que me incomoda. Y puedo decirte que me horroriza la palabra “show”, aunque no debiera, porque no estoy segura de que ofrezcamos un espectáculo... Sí canciones, en distintos formatos, dependiendo de si quienes nos subimos a un escenario somos Luis y yo o si lo hacemos acompañados por algún miembro de la banda, incluso por la banda entera. Puedo decirte que ofrecemos canciones en las que intentamos mimar mucho tanto letra como música aunque sé que habrá infinidad de grupos que respondan de la misma manera... También puedo decirte que somos un grupo de comunión de contrarios, eso es muy cierto, a todos los niveles. ¡Ah!, si algo he aprendido desde que comenzamos a ofrecer conciertos fuera de Zaragoza, es que interactuar con el público es necesario. Porque no te conoce, no sabe quién eres. Quizá para otros grupos no sea tan relevante, pero a Louisiana no creo que nos beneficiara (de hecho, ya lo hemos constatado) el hecho de bajarnos del escenario sin haber dicho prácticamente cómo nos llamamos. Cuando traficas con emociones (y me repito) hay que ganarse la confianza del público, qué menos que esforzarse por establecer una conexión con aquella persona que ha pagado por escucharte. Mostrarse agradecido es sagrado. En ese aspecto, en el de la conexión, la siento mucho más intensa cuando vamos Luis y yo solos. Emociona a la vez que impone tocar ante un grupo reducido de personas, en una sala mediana o pequeña. Nos sentimos como desnudos y sin barreras. Podemos mirar a los ojos de la gente e interpretar el brillo o la sequedad de sus miradas. Obviamente, cuando vamos con toda la banda las sensaciones que nos invaden también son una pasada. Además de que el formato me permita llevarme la guitarra eléctrica y el pedal de distorsión, ja, ja, ja,... Si somos 5 sobre el escenario se muestra de manera más exacta cuál es el sonido que nos interesa, con la batería y un set de percusión alternativo, por ejemplo, o con todos esos instrumentos (clarinete, melódica, metalófono, teclados... gaita) sonando. Sentir que la banda se involucra en una canción hasta hacerla de todos y sentirla como uno solo es genial, a mí me emociona durante los ensayos y en los directos me vuelve loca. Me gusta mirar a Dani y comprobar que estamos sintiendo acompasadamente, a la vez. Es una sensación indescriptible. El paso siguiente y más elevado es eso mismo traducido en el público. Yo quiero sentirlo alguna vez, pero de verdad.

Quizás sea sobre el escenario de El Veintiuno el próximo noviembre en Huesca... Y ya que nos hemos acercado a Aragón, Zaragoza es más que Héroes del Silencio o Amaral...

Seguro que Luis contestaría de otro modo a esta pregunta, pero a mí no me gusta hablar de escenas locales. Puedo decirte que en Zaragoza hay muchos grupos de música, una barbaridad. A mí me gustan gente como Big City, Bigott, Bronski, Copiloto, Da, El Brindador, Guisante, Haiku, Picore, Slogan o The Fractal Sound... Sin olvidarme del Sergio Algora de El Niño Gusano o Muy Poca Gente (del que Rafa Domínguez formó parte). No porque sean de Zaragoza o residentes en, sino porque son buenos. ¿Un sello? Grabaciones en el mar. ¿Una sala de conciertos? La Lata de Bombillas.

¿Hay que salir de Zaragoza para que se conozca más a Louisiana?

Sí, quiero.

Y antes de acabar la entrevista y de llegar finalmente a nuestro destino en Louisiana, conozcamos un poco cuál es el desayuno sonoro y continental de Ana...

En mi caso, no puedo parar de escuchar el nuevo disco de Bon Iver. Si pudiera, me sumergiría en una canción como “Perth” y pasaría en ella el resto de mi vida. También “Brotherocean”, lo último de Syd Matters, que me chiflan y en otoño más. Llevo semanas prestando atención a los discos de God Is An Astronaut, hay algunos que tenía olvidados. Lo próximo, “Metals”, de Feist.

Te recomiendo desde ya (desde un YA mayúsculo) el “Metals”. Y hasta aquí puedo leer ahora yo... ¿Y para el almuerzo, tan typical Spanish?

¡“Adelante Bonaparte”! Me emociona. Es fascinante la capacidad creativa de los miembros de Standstill. Su inquietud, en el sentido de estar siempre haciendo cosas y planteando nuevas vías de expresión para llevar a cabo sus proyectos. “Adelante Bonaparte” es una obra de arte ambiciosa y abarcadora, que lo transciende todo. Y el directo es impresionante. Con amigos que compartan esa pasión por la música, lo mejor. Ahora mismo estoy deseando que salga lo nuevo de Egon Soda.

Para los que anden algo despistados, la voz de Egon Soda es Ricky Falkner, miembro de Standstill... La cuadratura del círculo... Y a partir de aquí, ¿qué otro destino le espera a Louisiana?

Gracias a Kike (nuestro manager) y a Marisa (Promociones sin Fronteras) estamos cerrando fechas para seguir tocando fuera de Zaragoza. De modo que proseguir con la gira es lo más inminente. Por otra parte, hemos acordado con Rafa el momento de entrar a grabar las canciones del próximo disco. Y, en cuanto termine de contestar a tus preguntas, saldré a dar un paseo. Estos son nuestros proyectos a corto plazo (los que podemos confirmar).

Ja, ja, ja... Sí Ana, te has ganado salir a dar un paseo reparador después de esta entrevista... Gracias por dedicarnos estos minutos y por regalarnos “Louisiana”, uno de los trabajos iniciáticos más interesantes que hemos escuchado en la redacción de Alquimia Sonora en lo que llevamos de 2011. Y como nos hemos enganchado a ese tema “Feliz daño nuevo”, os dejamos con la canción para que la escuchéis y, como siempre, la comentéis. Además, un presente de Louisiana: si queréis asistir gratis a cualquier concierto del grupo, solo tendréis que enviar un correo a louisianamusica@gmail.com.

Próximos conciertos:
11 noviembre – Huesca (El Veintiuno)
17 noviembre – Madrid (Sala Costello)
25 noviembre – Zaragoza (Sala López)
01 diciembre – La Rioja (Alfaro)
15 diciembre – Toledo

Más info:
http://www.louisianamusica.blogspot.com/
http://www.virtualbum.es/louisiana/
http://www.myspace.com/louisianamusica".

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