UNA RUTA ROMÁNICA POR EL VALLE DE BARDAJÍ

El PR-HU50 es un sendero ribagorzano que une las localidades de Campo y San Martín de Veri en dirección noreste, entre el macizo del Turbón y las sierras de Cervín y Baziero. Con una longitud de algo más de veinte kilómetros, el itinerario lleva primero desde Campo al pequeño núcleo de Belveder, atraviesa después varias localidades del valle de Bardají, asciende hasta el refugio de la Margalida y el puerto de la Muria y desciende finalmente hasta San Martín de Veri, donde conecta con el GR-15 que llega desde el oeste procedente de Gabás y se dirige por el este hacia Abella, Espés Bajo y Bonansa.

De este bonito recorrido, que se puede hacer andando en alrededor de siete horas, quiero referirme aquí al tramo que va desde Biescas de Bardají hasta Esterún, pasando por las localidades de Aguascaldas y Llert. Estas cuatro poblaciones, junto a la aldea de Santa Maura (Santa Muera en el habla de la zona), constituyen el municipio denominado Valle de Bardají. Sus cuatro iglesias parroquiales se inscriben, en mayor o menor medida, dentro del estilo románico. A estas iglesias y a algunas características del sendero que las comunica voy a dedicar las siguientes líneas.

Empezamos nuestro recorrido en Biescas de Bardají, una pequeña población situada a unos cuatro kilómetros de Campo. La iglesia parroquial de San Saturnino se encuentra a las afueras del pueblo, en su lado oeste, muy cerca de la casa Nadal. Restaurada hace unos años, tiene como rasgo más destacado su ábside con arquillos ciegos y lesenas, perteneciente a un románico lombardo de tipo popular. En la fachada meridional se abre la actual puerta de entrada, que parece más moderna. También orientada al sur se levanta una espadaña de doble ojo, uno de los cuales conserva su campana. A la nave rectangular, cuya bóveda es de piedra tosca o toba, se le añadieron con posterioridad dos capillas laterales asimétricas. El interior del templo luce espléndido con la piedra desnuda y alberga una bonita pila bautismal de las denominadas gallonadas por la forma externa de su decoración.

A unos doscientos metros de la iglesia y de la citada casa Nadal, se encuentra el caserío principal de Biescas. En lo más alto destaca la casa Tozalet y un poco más al norte se halla la casa Botiguero. El PR-HU50 procedente de Campo pasa junto a la casa Cosculluela, en la que se abre un largo pasadizo abovedado, y continúa hacia el este en dirección a Aguascaldas.

El camino entre Biescas y Aguascaldas es una insulsa pista de poco más de dos kilómetros que se recorren andando en apenas media hora. A mitad del recorrido veremos a nuestra izquierda la pequeña ermita de San José. De escaso interés arquitectónico, es una construcción popular que parece haber sido arreglada recientemente.

La pequeña población de Aguascaldas tiene en su parte alta una plaza abierta con el remozado edificio de la antigua escuela convertida hoy en ayuntamiento. Desde allí parte un camino que en apenas un cuarto de hora nos lleva a la fuente pública del lugar. Si seguimos el PR-HU50, bajamos por una calle hasta la iglesia parroquial. Se trata de un templo de origen románico muy modificado y desprovisto de su ábside semicircular. La puerta de entrada se orienta al sur y lleva fecha de 1712. Destaca la alta torre de tres cuerpos que se levanta casi en el centro de la construcción.

Fuera de nuestro camino, en un cerro divisable desde el pueblo y algo alejado de éste en dirección al sur, se encuentran los restos de la ermita de San Saturnino, a veces denominada de San Salvador. Conserva en pie, tal vez no por mucho tiempo, su ábside de arcos ciegos y lesenas, en la tradición del románico lombardo que acabamos de ver en su homónima y mucho más afortunada iglesia de Biescas.

Volviendo a nuestro PR-HU50, el recorrido entre Aguascaldas y Llert está bastante descuidado en algunos tramos, sobre todo a la salida del primero en dirección al barranco homónimo que se atraviesa sin dificultad. Tras cruzarlo, salimos a una pista que deja a su izquierda y a escasos metros lo que queda de la ermita de San Jorge. De ella fueron despojadas las dovelas de su puerta y las losas de la cubierta, quedando hoy como única techumbre las piedras toscas que conforman su bóveda. En su interior permanece como recuerdo una vieja máquina segadora.

Siguiendo con atención las marcas blanquigualdas, bajaremos hasta la carretera que lleva a Llert. La abandonaremos poco después para tomar un sendero que enseguida gana altura por su izquierda. En pocos minutos pasaremos frente a las famosas fuentes de Llert o de San Pedro, que quedan en la otra orilla del barranco de las Ziallas. Junto a estas fuentes, cuyas apreciadas aguas bajan desde lo alto del Turbón, realizaban antiguamente sus conzellos los habitantes de la Val de Bardaxí.

Siempre atentos a las marcas, y tras cruzar varias veces el barranco de las Ziallas por donde transita el sendero, éste nos lleva hasta la localidad de Llert, a la que ascendemos por un camino algo borrado pero sin pérdida posible. Entre Aguascaldas y Llert habremos invertido aproximadamente una hora de camino.

Entraremos en Llert por una plazuela donde se hallan las casas Arnal -con un bonito escudo-, Chuanalins, Marcantoni y Gabás. Por la derecha ascenderemos hasta la magnífica iglesia parroquial del lugar. De estilo románico y recientemente restaurada, es de planta rectangular con ábside semicircular y dos naves laterales. Sorprende mucho su interior, que alberga, además de un cuadro sobre el bautismo de Cristo y una pila bautismal gallonada, un magnífico coro de madera labrada. En dos piedras de su pared septentrional hay algunas inscripciones de difícil interpretación. Aquí se guardó también durante años una talla en madera de San Adrián, fechada en el siglo XIV, que procedía de la ermita homónima también románica situada cerca de la cima del Turbón, de la que sólo quedan algunos restos de sus cimientos. La talla fue trasladada hace un tiempo para mayor seguridad al museo diocesano de Barbastro. De la iglesia de Llert destaca también su elevada torre de tres cuerpos. Añadida en el siglo XVI, proporciona a la población una bonita silueta que contemplaremos desde el sendero que nos lleva a Esterún.

Para tomar este camino, saldremos de Llert en dirección al norte y poco antes de llegar a la casa Plana, giraremos a nuestra derecha. Siguiendo las marcas, en aproximadamente media hora llegaremos a Esterún. Es esta una pequeña localidad de tres casas. Sólo una de ellas -casa Pedro- se encuentra habitada por el único vecino que resiste en el lugar. Las otras dos -casa Chuansala y casa Mariñosa- están abandonadas y en ruinas. Aún se mantiene en pie la iglesia parroquial de la aldea, también románica aunque con algunos añadidos posteriores. Tiene dos capillas laterales y los restos de un pequeño coro de madera ya prácticamente caído. La puerta de acceso está orientada al sur y en su lado de poniente, frente al ábside semicircular aún bien conservado, se levanta una espadaña de doble ojo.

Desde Esterún, un bello camino entre el bosque nos llevaría en una hora al pequeño refugio de la Margalida, desde donde se puede abordar la ascensión al Turbón o continuar el PR-HU50 hasta San Marín de Veri. En este artículo he querido centrarme, sin embargo, en la parte de este itinerario que permite recorrer una poco conocida ruta románica del pequeño municipio ribagorzano de Valle de Bardají.

Carlos Bravo Suárez

(Artículo publicado en Diario del Alto Aragón)

Imágenes: Iglesia de Biescas de Bardají -una foto del exterior y otra del interior-, Aguascaldas -dos fotos del exterior-, Llert -dos fotos del exterior y dos del interior- y Esterún - dos fotos del exterior.