CUATRO MIRADAS SOBRE COSTA

Cuatro miradas sobre Costa. Cristóbal Gómez, Víctor Juan, Fernando García y Guillermo Fatás. Coord. Eloy Fernández Clemente. SEAAP. 2011. 184 páginas.

Las Sociedades Económicas de Amigos del País fueron creadas en la segunda mitad del siglo XVIII por grupos de ilustrados de diferentes regiones de España que pretendían promover el desarrollo económico y la modernización de nuestra entonces muy atrasada y decaída nación. Un siglo después, los pensadores regeneracionistas, con Joaquín Costa a la cabeza, seguían teniendo esos mismos objetivos que continuaban –y continuaron durante mucho tiempo- sin ser alcanzados. Por eso no es de extrañar que la actual Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País haya querido sumarse a la celebración del centenario de la muerte del gran polígrafo altoaragonés con un pequeño ciclo de conferencias sobre diferentes aspectos del pensamiento de Costa y su proyección y vigencia en la sociedad española de nuestros días. Las ponencias del ciclo han sido recogidas en un interesante libro con el título de Cuatro miradas sobre Costa, coordinado por el destacado costista aragonés Eloy Fernández Clemente.

Las reformas económicas y sociales de Joaquín Costa, de Cristóbal Gómez Benito, profesor de Sociología de la UNED y comisario de los actos del centenario, es el primero de los textos del libro. Tras una breve introducción sobre el desolador panorama de la agricultura en la época de Costa, se hace un repaso de algunas de sus propuestas reformistas encaminadas a intentar mejorar la situación de los campesinos.

Víctor Juan Borroy, profesor y director del Museo Pedagógico de Aragón, firma el texto Educación y cultura. Ayer y hoy. En él hace un rápido recorrido por la situación de la educación en la España de la época -con casi un setenta por ciento de analfabetismo en su población-, para detenerse después en las ideas pedagógicas de Costa y su estrecha vinculación con la Institución Libre de Enseñanza y su fundador Francisco Giner de los Ríos.

El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, escribe sobre Costa y el derecho penal, y trata sobre las ideas del Costa jurista y notario y sobre la importancia que concedía nuestro ilustre antepasado al Derecho aragonés y al destacado papel que en él tienen la costumbre y la libertad de la voluntad privada, recogida ésta en el principio conocido como “standum est chartae”.

La más interesante de las cuatro conferencias es en mi opinión la de Guillermo Fatás, titulada Costa, el político impertinente. Con fina ironía y sin ningún desperdicio, Fatás hace un repaso de los diferentes aspectos por los que Costa resultó en su tiempo una persona “impertinente” para buena parte de la sociedad. El último de esos aspectos poco pertinentes del pensador altoaragonés era su bondad. En contra de quienes lo tachaban de áspero y antipático, el gran jurista e historiador Rafael Altamira aseguraba que “Costa era bondadoso, de un corazón que anidaba todas las ingenuidades de los niños y los hombres buenos”. Si a esto añadimos su absoluta honradez, podríamos concluir que no era extraño que Costa resultara un personaje impertinente para tantos en su tiempo. También hoy lo sería para muchos de quienes lo alaban y recuerdan, estando ellos sin embargo con frecuencia en las antípodas de su ejemplo y de su integridad intelectual, moral y ética.

Carlos Bravo Suárez