Cae la tarde




En el infierno hay personas normales. En lasfiestas, estudiantes de Historia. En la calle, lateros.
Cuando se celebra a un muerto todo el que no esamigo está de pipa.
Celebraban como un año después o antes o algo más tarde a Miguel Martínez-Lage yal micrófono Íñigo García Ureta, Enrique Vila-Matas, Valerie Miles, Pere Sureda y CatalinaMartínez Muñoz.
Íñigo parece un siciliano que viviera en Rumanía.Vila-Matas, el mayor escritor mexicano de la feria alemana, el muy centroamericano,sarpullido de meseta, definitivamente deslocalizado, que diría Lara. Sureda, Miles yCatalina, porque la cultura es otra cosa. Es eso.
Se dijeron las siguientes palabras, entre otras: Mondasde naranja, ballena calderona, Absalón otra vez, licores fuertes, amigo, Rimbaud, habíauna vez un viejo profesor, vanidad, la importancia de los puntos suspensivos, sumail, Portbou, metal, clave de acceso, teoría del Rólex, regresaré.
Usted sabrá traducir, que cae la tarde.

Roser Berdagué, después, ya de noche, sonríe. A ellale dieron el premio por toda una vida. Traducción, qué vida.

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