Duerme el día







"...La raíz del temblor llena tu boca, tiembla,

se vierte en ti y canta germinal en tu garganta..."


J. Á. Valente



Duerme el día sin matices con un embozo de escarcha.
Él cierra los ojos, guarda silencio cuando el otoño amanece despacio.
Tiene entre sus manos todavía el valor cálido de su vientre,
de vez en cuando acerca sus dedos y en el aire olfatea su aroma,
juega con ellos, con precisión sigue un ritmo
quebrado por la ansiedad de reconocerla suya.
No hubo acaso, no tuvieron el miedo de otras veces,
solo les quedó para el recuerdo
la larga unión de dos cuerpos,
que se buscaron, casi se devoraron, en la oscuridad,
y dieron sin saberlo una parte de ellos,
la que guardaban de todas aquellas noches
en que su amante fue la soledad.