Para usted que será pobre





Oído lo oído en los últimos días, y lo que ni siquiera oímos, no me quedan ya dudas. Desengáñese: usted también va a ser pobre. Por eso me permito ofrecer aquí algunos consejos útiles, veteranía obliga. No consisten exactamente en recetas baratas –para eso ya están los telediarios y los miles de espacios con puchero—, sino en algunos mantras cuya repetición permite llegar a un grado de convencimiento satisfactorio.
Vamos allá.
Todavía en la cama, y antes de poner un pie en el suelo, repase los tres básicos: a) somos muchos; b) al fin y al cabo, soy un representante de mi tiempo; y c) hoy también espaguetis, ¡muerte a la proteína!