Alan Riding, Y siguió lafiesta. La vida cultural en el París ocupado por los nazis, GalaxiaGutenberg, Barcelona, 2011.
Y siguió la fiesta
"Desde buen principio,Pierre Drieu La Rochelle y André Malraux fueron adversarios políticos, peronunca dejaron de ser amigos; en 1943, Drieu La Rochelle se convirtió en padrinode uno de los hijos de Malraux. Asimismo, el résistant Jean Paulhannunca rompió sus lazos de amistad con el escritor colaboracionista MarcelJouhandeau, ni siquiera cuando la esposa de éste denunció a Paulhan a laFeldgendarmerie, la policía militar de la Wehrmach. También se estableció unacuerdo tácito entre el escritor colaboracionista Ramon Fernandez y MargueriteDuras. Fernandez vivía un piso más arriba que Duras en la rue Saint-Benoît, enSaint-Germain-des-Prés, y nunca informó de las reuniones de la Resistencia quese celebraban en el apartamento de la escritora. Al mismo tiempo, Duras intentóignorar las ruidosas reuniones de fascistas que tenían lugar en casa de Fernandez los domingos por la tarde. Dehecho, incluso compartían la mujer de la limpieza.”