El pasado sábado volvieron a visitar las tierras aragonesas la banda de garage Wau y los Arrrghs, concretamente a La Lata de Bombillas, escenario fetiche y que el pasado fin de semana estaba prácticamente lleno de un público ecléctico en el que se mezclaban rockers, amantes del bugalú y algún moderno despistado. Capitaneados por un engorilado (aunque más contenido que en el directo que dieron en Alquézar hace unos meses) Juanito, remedo de Lux Interior y auténtica box beat analógica salida de la cantera del Guardian de la Cripta, Wau y los Arrghs tienen un directo espectacular, que regurgitan a base de una mezcla de punk, desamor y un mínimo puñado de acordes. El salvajismo de temas como El Twist de la momia , la violencia mínima de Copa, raya y paliza o el teclado sangrante y esquemático que sirve de convocotaria vudú a todos los remedos de la serie Z que invaden sus temas: el desamor calamitoso, la lucha libre mexicana y esa cara A de uno de sus primeros singles: Carrera espacial. Momento cumbre con su magnífica revisión del clásico de los Saicos, Demolición, que parece haberse convertido en un estándar para las bandas que reptan en los distintos recovecos de las grutas (en directo estos últimos meses se la he podido escuchar a Mujeres o los Twangs) y que es capaz de convertirse en el Louie, Louie de una generación de hambrientos postmodernos con ganas de orgiásticas máculas yeyé.
Estos conciertos son los que hacen que uno quiera que llegue el Apocalipsis Zombie. Porque después del cierre del infierno solo sonarán Wau y los Arrrghs en la radio.