Nocturno I



Si éste fuese otro poema de amor, (otro cualquiera: la tercera secuela, el hijo chico...), llevaría anudado un lazo azul pastel en cada verso, luciérnaga junto a la cama, piano de fondo, flores frescas en la entrada. Otro poema de amor. De lentejuelas. Golondrina al borde de la nube y tus pies descaldos sobre arena. Hoy quería uno de esos poemas que tiemblan en el aire y se deshacen en espuma, que flotan en el agua y se hinchan como esponjas. Pero dime, qué es de mi poema sobre esquirlas, escarcha seca prendida en el filo de mis sienes. Qué hago yo con el otoño perenne de mi boca, con el barro ajado entre las uñas, con la mujer que se tapa en el espejo... qué hago yo con cuatro líneas, que ni siquiera son poema.


Elisa Berna