Canturreos

Ha ocurrido lo imprevisto, casi lo inimaginable, José Luis Sampedro, de viaje por el nordeste de España, ha necesitado ayuda odontológica y una señora sureña le ha concertado cita con Belita, una dentista local. Sampedro, a la salida, ha comentado que Belita canturreaba por lo bajini. Nunca pude pensar, al escribir Familias como la mía, que pudiera darse un encuentro entre estos cantantes, que son inconscientes de su ejercicio de canto. (Por si alguien no lo recuerda ambas personas son nombradas de esta guisa en ese libro: “...pegado a Nora, excitado como siempre que me hallo junto a ella, escucho complacido el canturreo de mi hembra, esa cancioncilla indefinida que susurra cuando es feliz, una costumbre que sólo grandes personalidades –José Luis Sampedro, Belita, Nardo Vuelco- son capaces de mantener durante toda una vida...”)