Dos en uno
Volvió a suceder. El tipoque creía único, devino doble. Otras veces quedaba la duda: individuosfugazmente avistados cuyo aspecto anodino cuestionaba su singularidad. Peroayer en la televisión, en uno de esos reportajes de carácter electoralaparecieron, uno al lado del otro, los que hasta ese momento consideraba unasola persona. Estaban ahí de pie, igual estatura, igual corpulencia, igualedad, ambos con la cabeza rasurada. Pero no era un fenómeno óptico; pregunté ami compañero de barra, un mallorquín ducho en esto de la política, y me dijoque se trataba del Presidente del Senado y del Consejero de Interior delGobierno Vasco. Qué cosas, tendré que prestar mucha más atención, a partir deahora, a este trabajito de inventariar a la gente.