“Conforme me hago mayor, más me apetece matar… en la ficción”. Esto es lo que afirma Maruja Torres en la entrevista que publica hoy el País a propósito de su último trabajo, una novela negra cuyo título es Fácil de matar. (enlace a la entrevista).
Curiosamente, a mí me ocurre lo mismo. De un tiempo a esta parte, ya no tengo reparos en cargarme en mis novelas a algún personaje que sea especialmente ruin, ni en hacer caer desgracias sobre otros que, sin pecar de malvados, han demostrado ser necios y egoístas. Sabido es que la estupidez puede hacer tanto daño como la maldad. O incluso más. Y cuando fabula, el escritor es quien manda sobre las vidas de sus personajes. ¿Afán justiciero? ¿Sadismo camuflado? ¿O es que con los años nos ataca el síndrome de Harry el Sucio?
(Fotografía de Clint Eastwood tomada del blog Cinemanía. La de Maruja Torres de El País)