El Nesquens. ¡Vaya pájaro! Igual anda que vuela que nada que te pide cien euros prestados. Una mañana de verano echó a correr, en bicicleta, cuesta abajo, con el aire a favor. Lo que le costó deshacer el camino. Menos mal que un automovilista (de la familia de los Renault) lo recogió.
El Nesquens, en contra de lo que pueda parecer, no habita en los campos de fútbol, habita en lugares cerrados. Pero (siempre hay un perro que persigue a un gato) no descarta que algún día pueda vivir en un espacio abierto y con fuente. Sus amigos se pueden contar con los dedos de un ciempiés. Y, al igual que su paisano Goya, piensa que el sueño de la razón produce monstruos. Por último, indicar que al Nesquens le gusta pasar el tiempo en la higuera, y coger higos.
[La nota biográfica de Daniel Nesquens en "Hasta (casi) 100 bichos"]