Otra reseña de Días de menta y canela

He dado por casualidad con la reseña de Días de menta y canela que ha publicado Mercedes García Granizo en el Heraldo del Henares. Desde aquí deseo darle las gracias por reseñar mi libro.

Copio la reseña a continuación:

Días de Menta y Canela, título fresco y aroma dulce para una novela de las mismas características, pues rebosa frescura y naturalidad, además trata unos temas muy reales y que están a la orden del día.

La verdad, creo que muchas mujeres nos podemos sentir identificadas con el personaje de Clara, llegadas a una edad que traspasa los cuarenta, hartas de niños, trabajos y marido, a quién no le gustaría vivir una historia apasionada de amor con un desconocido atractivo, que poco a poco nos enamorara y nos hiciera perder la noción del tiempo por unos días…lo que yo no sé si esto es realidad o ficción.

Desde luego en la novela esta historia ocurre con mucha naturalidad pero desconozco si esto se produce frecuentemente en la vida real, o tenemos más prejuicios y nos inunda el sentimiento de culpabilidad ante estas situaciones…

La trama está compuesta por varias historias que se dividen en diferentes temas, por una parte tenemos la infancia y juventud de Clara, personaje protagonista, en Alemania al lado de sus padres y su hermana, esta historia se entremezcla con su vida cotidiana y la convivencia con su marido, que a su vez se ve mezclada con los sentimientos que le despierta Héctor (joven atractivo entrando en la madurez que seducirá a Clara) y por último está la historia del padre de Héctor (el anciano muerto)…

Un sinfín de historias que atraparán al lector desde sus primeras páginas hasta la última.

La novela constantemente nos traslada de España a Alemania y tan pronto estamos en los años sesenta como en los tiempos de hoy en día, y trata uno de los temas tan tópicos y cotidianos como es la emigración a Alemania por parte de los españoles, y todo lo que conllevó este hecho.

Desde luego Carmen Santos, lo relata muy bien, parece una novela autográfica por la viveza y el realismo que tiene. Ideal para leer este verano en la hora de la siesta
.

Para ilustrar esta entrada, he elegido otra de las canciones que forman parte de la banda sonora de la novela: Et maintenant cantada por Gilbert Becaud.