Jack Pierce, el maquillaje del terror (parte 3 de 3)



En 1937 Laemmle vende los Estudios Universal, algo que no afectará al departamento de Jack Pierce, que sigue manteniendo sus niveles de calidad. Se suceden una rotación de jefes de producción en la compañía.

viene de Jack Pierce, el maquillaje del terror (parte 1) y de Jack Pierce, el maquillaje del terror (parte 2)



Nunca le falta el trabajo a Pierce, y aunque aquí solo nombre sus colaboraciones en el género de terror, también participa en un buen número de películas como Imitación a la vida (1934), Los tres diablillos (1936) o o Love before breakfast (1936) por poner tres ejemplos.

Lugosi, celoso de la popularidad alcanzada por Karloff, en buena parte gracias a los cambios de aspecto que Pierce elaboraba, decidió hacer uso de los postizos y adornos (que anteriormente se había negado a llevar) en la película El hijo de Frankenstein (Son of Frankenstein, 1939). Para la caracterización de Ygor, Pierce empleó un cuello de goma para simular el cuello roto del personaje tras haber sido ahorcado. Tras esto colocaba capas de pelo de yak sobre su rostro y añadía una peluca bien peinada, un bigote y una dentadura de gutapercha.



Nuevamente, frente a él Boris Karloff, esperando paciente el postizo de turno, en La torre de Londres (Tower of London, 1939) de Rowland V. Lee, y en Black Friday (1940) de Arthur Lubin. Luciendo una ahuevada cabeza en la primera y un aspecto de mad doctor en la segunda. En Man made monster (1941), dirigida por George Waggner, sería Lon Chaney Jr. quien se pusiese bajo su foco. Aquí si que podemos decir que es poco memorable la caracterización de este actor.



Pero en su siguiente película, tanto Pierce como el propio Chaney se resarcirían. En El hombre Lobo (The wolf man) de George Waggner, Pierce vuelve a ofrecernos un genial maquillaje, a la altura de Frankenstein o La momia. Diseñó un hocico de goma y cubrió con cola el rostro de Lon Chaney Jr. de pelo de yak, de gran grosor y robustez. Finalmente chamuscaba el pelo con unas tenazas para darle aspecto salvaje. Tras lo cual el actor se colocaba la dentadura y ya estaba listo. Según Curt Siodmark, el guionista del filme, el proceso de maquillaje duraba seis horas, y otras tres para quitarlo. Un suplicio para Chaney. Para las sucesivas tomas, en las que el actor se transformaba en hombre lobo mediante la técnica del stop-motion se le iban colocando uñas diferentes en las manos. Como curiosidad decir que las cortinas del fondo estaban almidonadas para que no perdieran su posición en el rodaje. En total esta escena contó con 21 cambios de maquillaje, toda una proeza para la época.



En 1942, Lugosi volvía a caracterizarse de Ygor y Chaney Jr. se encargaba del monstruo en The Ghost of Frankenstein, llenando el hueco dejado por Karloff, con un maquillaje que intentaba simular al de siempre, pero que esta vez se veía postizo y menos elaborado. Un año después, y tras el trabajo realizado en The Mummy´s tomb, Pierce aplicó el maquillaje de monstruo de Frankenstein a Bela Lugosi. El actor húngaro veía como su carrera iba en decadencia y esta vez sí accedió a transformarse por completo en Frankenstein y el hombre lobo (Frankenstein meet the wolfman) con desastrosos resultados. El maquillaje menos acertado no fue acompañado por la interpretación de Lugosi, en la que primeramente hacía hablar al monstruo, que además estaba ciego. Pero en la sala de montaje eliminaron todas las frases del actor y la referencia a su ceguera, lo que nos devolvió un ser torpe y mudo, cosa que indignó al público.

En Captive Wild woman se acercaría al subgénero con señor disfrazado de gorila. El clásico El Fantasma de la Ópera (Phantom of the Opera, 1943) contó con una nueva versión de manos de la Universal y dirigida por Arthur Lubin. El maquillaje portado por Claude Rains se redujo a la mínima expresión por exigencias del actor, que no quería verse encasillado con un papel de "monstruo". Lon Chaney seguriía siendo el Fantasma por excelencia, gracias a su impresionante maquillaje hecho por él mismo en la versión muda de la historia.



En 1947, La esclava del desierto (Slave girl) supondría su última colaboración con Universal Pictures. Los tiempos avanzaban, y así se lo hacía notar la compañía poniendo en su puesto a Bud Westmore, que aplicaba materiales más baratos y ágiles de usar como el caucho poroso en contra del largo tiempo usado por un esmerado y meticuloso Jack Pierce. Antes de este fulminante despido había participado en un largo número de películas de todo tipo de la que destacaremos La zíngara y los monstruos (House of Frankenstein, 1944), reunión de todos los horrores importantes de la Universal, y La mansión de Drácula (House of Dracula, 1945), su último trabajo de cierta relevancia. y esta vez con Glenn Strange en el papel de monstruo de Frankenstein.



Tras esta inolvidable etapa y su participación en el film épico Juana de Arco (Joan of Arc, 1948) Pierce aterrizó en la televisión, colaborando durante la segunda mitad de los 50 y principios de los 60 en varios programas hoy en día olvidados, como Mister Ed (1961-1964), del que fue jefe de su departamento de maquillaje.

Como colofón a su carrera, el artista fue requerido en películas de ciencia ficción de serie B como The Brain from Planet Arous (1957), Teenage Monster (1958), Giant from the Unknown (1958) o The Amazing Transparent Man (1960), con diseños poco memorables. La última película en la que colaboró fue Beauty and the beast (1962).

El 19 de Julio de 1968 moría a la edad de 79 años en el St. Joseph Hospital de Burbank, California. Fue enterrado en el Forest Lawn Memorial Park en Glendale, California. Allí acudieron unas pocas personas, pues Hollywood se había olvidado de él.

En 2002 recibió un premio póstumo en la ceremonia de "Makeup and Hair Stylist awards" (Premios del Maquillaje y Estilismo).