Dolores que escuecen

Imagen tomada de la red





Todos mis dolores al unísono
tararean la nana de lo inerte.
Nana collar de noches vastas,
nana bastión de cicatrices.
Y todos mis dolores se acompasan
reptando pentagramas planetarios.
Ahh, mis armónicos dolores
que estallan en los bordes de la herida,
abiertos como frutas derramando
su ácido reguero de aflicciones.

Insisto en desterrar el ronroneo
ronco que brota de los rotos.
Que ese exilio arrastre para siempre
la música doliente del conflicto
persistente de mis males.


Elisa Berna Martínez