Tu modo de caer no dio lugar a error,
nadie confunde el olor de las flores secas.
Tu esencia parecía sortear las sombras
y yo agitando mi red para mariposas.
Así se va.
Todo es tan sobrio.
Jamás se notifica el fin de los veranos.
Y así se escurre,
siempre densa,
hacia el estómago voraz de los espacios.
Tu modo de alejarte fue, sin duda, extraño
aunque lo pienso: ya te habías despedido.
Resulté tan tosca, y tan agrio aquel encuentro
pero algo de ti estaba besando mi frente.
No lo noté.
Es muy discreto.
Al día siguiente empiezas a atar los cabos.
Y así se escurre,
siempre densa,
hacia el estómago voraz de los espacios.
Elisa Berna Martínez