AMORES QUE MATAN

Los enamoramientos. Javier Marías. Alfaguara. 2011. 401 páginas.

Javier Marías (1951) es probablemente el escritor español actual más conocido internacionalmente. Desde su debut literario hace ahora cuarenta años con la novela Los dominios del lobo, ha recorrido una larga e impecable trayectoria literaria y sus libros son hoy traducidos a numerosos idiomas en todo el mundo. Tras su magna obra Tu rostro mañana, dividida en tres libros con un total de más de mil quinientas páginas, el autor madrileño ha publicado recientemente Los enamoramientos, una novela aparentemente más ligera pero perfectamente construida y dotada, tanto en el fondo como en la forma, de una gran modernidad narrativa.

Los enamoramientos está narrada en primera persona por un personaje femenino: la editora María Dolz, una mujer independiente y soltera que suponemos entre los treinta y los cuarenta años de edad. En sus desayunos diarios en una cafetería madrileña, fija su atención en un matrimonio que se muestra siempre muy unido y feliz. Al cabo de unos días, el marido muere asesinado por un vagabundo, en apariencia de manera fortuita y víctima de un fatal error. María visita entonces a la viuda y conoce a Javier Díaz-Valera, uno de los mejores amigos del muerto y, a partir de ese momento, un personaje clave de la novela.

Con su prosa de periodo largo y su gusto por el análisis detallado de las reflexiones y los sentimientos de los personajes, Javier Marías trasciende el melodrama y la novela policiaca en que en algunos momentos aparenta inscribirse la novela. Supera el típico triángulo amoroso que parece sostener la trama y realiza una brillante reflexión sobre el enamoramiento y sus consecuencias, pero también sobre la dificultad que supone siempre conocer la verdad y sobre el amoral procedimiento moderno de conseguir a cualquier precio los fines que se persiguen. Porque, como se dice varias veces en la novela, la mayor parte de los delitos y crímenes cometidos queda sin castigo y de muchos ni siquiera se llega a conocer su existencia.

Por otro lado, hay curiosas apariciones en el relato, como la divertida y muy verosímil del académico Francisco Rico, y bastante ironía en el tratamiento del mundo editorial y de los escritores, con un tal Garay Fontina a la cabeza. Sin embargo, encontramos también magníficas referencias literarias a algunas obras de Balzac, Alejandro Dumas o Shakespeare, que establecen reflexiones y analogías con temas y situaciones tratados en la novela.

Es posible que la escritura de Javier Marías no guste a algunos lectores poco habituados, pero es innegable que hay hoy muy pocos autores en nuestra lengua que escriban tan bien como él lo hace.

Carlos Bravo Suárez