“Traspasando Fronteras”

A las inmigrantes
preñadas de ilusión
con el don de la nada






Foto de E. Ruiz del Castillo


La esperanza blanca
te habita el negro vientre.
La venganza te desviste de cordura
y de amargura.
Te viste el mañana de pasos largos
de tragos cortos
de chequera, nevera
y pecera de peces de colores de niño rico de fiesta;
de cara alegre
y sonrisa blanca.

Tus uñas
blancas
sobre la tierra seca hacen un surco,
y otro
y otro surco.
Sólo el cayuco, te dices.

Cayuco

Entusiasmada, con el don divino de tus entrañas, te lanzas
y anidas al lado de otros muchos elegidos,
de unos pocos bienaventurados
sin ventura.

A medio camino de la aventura,
cuando las estrellas fugaces regalan deseos de película de cine con coca-cola
y palomitas blancas,
A tiro de piedra está.

Y en medio del camino
las manos se te llenan de
sangre
y los bolsillos de peces.

Y tú,
A tiro de piedra estás.



Reservados Todos los Derechos
Cristina Ruberte-París