Alas quebradas


Se han quebrado sus alas. La he visto y no la he soñado. Encaramada en el alfeizar de la ventana y atada fuerte a su mandil de claveles disecados. Ya no vuela pero se ahueca en el confortable nido como si allí tuviera la libertad de volar. Ya no recuerda como agitar sus cortas alas. Atada a la lisonja breve del “buenos días princesa” y “hasta mañana, mi amor”. Atrapada en el menudeo de las papas fritas con kétchup y del cerdito lleno de las próximas vacaciones en una playa lejana, acomodada en su sillón de qué suerte tenemos cariño de tener lo que tenemos … Ahogada suspira. Hoy se han quebrado sus alas en el nido de las lamentaciones, donde hay pan y pocas nanas de la cebolla. Sentada sobre ellas respira agitada porque aunque nadie lo sepa a ella nadie le engaña. Nadie le engaña aunque desenlute sonrisa a los que miran mientras descansa su trasero sobre sus quebradas alas.
La he visto y no la he soñado.


De su poemario inédito Oscuro
Reservados todos los derechos