Hoy otra recomendación literaria. Se trata de un libro que me ha gustado mucho en este verano de lecturas compulsivas: Tiempo de vida de Marcos Giralt. No es fácil hablar de algo tan personal como el propio padre y el dolor que causa su ausencia tras su muerte, y salir airoso de un reto tan difícil. Pero Giralt no sólo ha salido airoso, también ha sabido convertir un relato que podría haberse quedado perfectamente en un desahogo personal - muy beneficioso para el autor, pero poco o nada interesante para el lector - en literatura de la buena, con reflexiones sobre la vida, la muerte, el arte, lo que se siente al crear, la relación de amor-odio que el artista (sea bueno o malo, tenga éxito o no) establece con la pulsión que le empuja a pintar o a escribir sin que pueda dejar de hacerlo.
La verdad es que no suelen atraerme los libros que prometen historias que intuyo muy autobiográficas. Pero éste me lo recomendaron encarecidamente y ha merecido la pena hacer caso. Tiempo de vida es un libro muy valiente, muy sincero, que en muchos momentos me ha conmovido y que me ha enganchado desde el punto de vista literario (aclaro: con ésto quiero decir que leí el libro entregadísima como si estuviera devorando una novela y que en cuanto al estilo me ha parecido muy bien escrito).
Desde luego, ha merecido la pena hincarle el diente.
Desde luego, ha merecido la pena hincarle el diente.